Ocupa una zona pequeña y de difícil acceso. Esa descripción, en otro contexto, sugiere pereza o una importancia secundaria. Sin embargo, la percepción cambia drásticamente cuando hablamos de salud y prevención bucodental.
El área interdental es diminuta, pero descuidar la higiene del espacio entre diente y diente sobre el que se aposentan las encías es el caldo de cultivo perfecto para patologías como la gingivitis o la periodontitis. Por ello, en este artículo explicaremos cómo limpiar tu boca de forma correcta hasta el último recoveco.
Los complementos al cepillado común -en todas sus variantes y formatos- son el gran aliado en la misión de lograr un cuidado bucodental notable. Estos son algunos ejemplos:
– Cepillos interproximales. Recomendados para cuando existe hueco suficiente entre las piezas dentales. Su calidad se mide en función de la longitud y resistencia de los filamentos que los componen. Lógicamente, se deben sustituir cuando notemos que han perdido prestaciones (deformaciones o pérdida de fuerza). Este tipo de cepillos también se emplean para aplicar geles de clorexedina, que protegen las encías.
-Irrigadores bucales directos. No son más que soluciones a base de agua en espray que ayudan a limpiar toda la cavidad oral de placa bacteriana.
-Sedas y cintas dentales. Son aconsejables para espacios interdentales reducidos.
A pesar de estas ayudas, cabe matizar que su eficacia va ligada al compromiso de uso y a las características bucodentales de cada paciente. Por esta razón, desde Platón Dental, te asesoraremos para encontrar la mejor opción para ti.