En pleno Siglo XXI, ya nadie discute que somos lo que comemos (y bebemos). No es solo el hecho de sentarse a manteles, sino también se trata de determinar y advertir cómo afectan determinados alimentos a nuestra salud bucodental.
1) Potenciar el consumo de lácteos y edulcorantes. El queso y la leche son dos grandes aliados para un correcto cuidado de las piezas dentales y la boca, ya que contienen caseína, una proteína que actúa de escudo contra la desmineralización del esmalte. La sacarina y el aspartamo, los edulcorantes más conocidos, también protegen la cavidad oral. Además, los chicles sin azúcar estimulan la producción de saliva, otra aliada a la hora de conseguir un correcto cuidado de los dientes.
2) Limitar la ingesta de productos demasiado untuosos. Galletas, patatas fritas y todo tipo de aperitivos derivados son enemigos de una higiene bucal adecuada. Su composición y textura facilitan que pequeños restos de estos alimentos se adhieran a los dientes, una circunstancia que acelera la producción de ácido y con ello el riesgo de que aparezcan caries.
3) Controlar la presencia de pastas, arroces y azúcares en la dieta. El azúcar es el campeón en lo que a generación de ácidos se refiere, pero las féculas (pastas, arroces y pan blanco) son un digno rival.
4) Seis comidas al día, como máximo. Comer constantemente implica recortar el tiempo que necesita el esmalte para remineralizarse, lo que activa rápidamente la creación de ácido en la cavidad oral.
5) Moderación con los cítricos y los tomates. Son ricos en ácidos, en consecuencia se recomienda un consumo mesurado. Asimismo, el cepillado inmediato tras su haberlos tomado no es recomendable, ya que contribuye a la erosión de los dientes.
Los hábitos que adquirimos en cuanto a la salud bucodental nos acompañan día a día, pero si creéis que debéis revisarlos o cambiarlos Platón Dental es la solución.