Palma
|
Manacor

Neuralgia dental: guía práctica para entender y aliviar el dolor neuropático oral

¿Dolor intenso en la mandíbula o los dientes? Descubre qué es la neuralgia dental, sus causas, diagnóstico y tratamientos eficaces. ¡Alivia tu dolor ahora!
Picture of Doctor Vicente Platón
Doctor Vicente Platón
Doctor en Odontología (mención sobresaliente cum laude). Especialista en Periodoncia e Implantes. Licenciado en Odontología, Universitat Internacional de Catalunya. Master en Periodoncia e Implantes, Universitat Internacional de Catalunya acreditado por la European Federation of Periodontology (EFP). Post-Grado en Prostodoncia, Universitat Internacional de Catalunya. Master en Biomedicina, Universitat Internacional de Catalunya. Profesor Asociado del Master de Periodoncia de la UIC. Socio titular especialista de la sociedad española de periodoncia y osteointegración (SEPA).

Table of Contents

La neuralgia dental se manifiesta con punzadas o descargas eléctricas muy intensas en los dientes, la mandíbula o el área facial, que pueden aparecer de forma repentina y durar solo unos segundos, pero reaparecer con gran frecuencia. En este artículo explicaremos qué es la neuralgia dental, por qué se produce y cómo distinguirla de otros tipos de dolor orofacial.

Nuestro objetivo es ofrecerte información clara sobre sus causas, diagnóstico y tratamientos —tanto inmediatos como a largo plazo— para que puedas aliviar el dolor y recuperar tu calidad de vida.

Tanto si sufres episodios de neuralgia como si quieres conocer cómo ayudar a alguien que los padece, aquí encontrarás una guía práctica y accesible que te orientará paso a paso.

>>> ¿Vives en Mallorca? Solicítanos tu primera cita gratuita <<<

Mujer paciente con neuralgia dental

¿Qué es la neuralgia dental?

La neuralgia dental es un tipo de dolor neuropático que afecta a los nervios que inervan los dientes y tejidos circundantes.

Se caracteriza por episodios de dolor punzante, intenso y de corta duración, a menudo descrito como “descargas eléctricas” o “calambres”, que se activan con estímulos tan leves como el contacto del cepillo de dientes, el aire frío o incluso el simple acto de hablar.

A diferencia de las molestias provocadas por caries o inflamación pulpar, en la neuralgia el origen no está en el diente mismo, sino en una alteración del nervio trigémino —o de alguna de sus ramas— que provoca una hiperexcitación neuronal y una respuesta dolorosa desproporcionada.

Incidencia de la neuralgia dental en la población general

Se calcula que la neuralgia dental afecta entre un 2 % y un 5 % de la población a lo largo de la vida, aunque la mayoría de los casos correspondan a la neuralgia del trigémino con dolor irradiado a la zona dental. La incidencia anual oscila entre 4 y 13 casos nuevos por cada 100 000 habitantes, con un ligero predominio en mujeres (1,5 – 2 veces más que en hombres).

El riesgo aumenta con la edad, siendo más común a partir de los 50 años, y alcanza su pico entre los 60 y los 70. Aunque poco frecuente en menores de 30, existen casos asociados a causas secundarias (esclerosis múltiple, tumores) que pueden aparecer en adultos jóvenes.

Conocer estas cifras es vital para diferenciar el dolor neuropático de otras afecciones dentales más habituales, de manera que se solicite una evaluación especializada en cuanto aparezcan los primeros episodios de descargas eléctricas o dolor paroxístico.

Importancia de abordar el dolor neuropático

El dolor neuropático orofacial puede limitar la alimentación y la fonación, dificultando actividades cotidianas como hablar o comer con normalidad. Además, los ataques repetidos interrumpen el descanso nocturno, empeorando la calidad del sueño y aumentando la fatiga diurna.

Sin un tratamiento adecuado, los episodios de dolor tienden a hacerse más frecuentes y duraderos, favoreciendo la cronificación y el desarrollo de hiperreactividad nerviosa. Esta persistencia prolongada incrementa la ansiedad y el estrés, lo que a su vez puede intensificar la percepción del dolor.

Abordar la neuralgia dental de forma temprana permite elegir terapias específicas —farmacológicas o físicas— para modular la hiperexcitación neuronal. Un diagnóstico profesional preciso reduce el riesgo de tratamientos innecesarios o ineficaces y mejora significativamente el bienestar y la capacidad de respuesta al dolor.

¿Cómo se origina la neuralgia dental?

La neuralgia dental surge por una disfunción en la transmisión de los impulsos nerviosos del trigémino, el nervio responsable de la sensibilidad facial.

  • Origen neuropático periférico vs. central:
    • Periférico: Daño o compresión del nervio en su trayecto (p. ej., por arterias pulsátiles, tumores o cicatrices tras cirugías dentales).
    • Central: Alteraciones en las vías nerviosas del tronco encefálico, como en la esclerosis múltiple, que afectan la conducción de señales dolorosas.
  • Factores que agravan la neuralgia:
    • Cambios bruscos de temperatura (aire frío, bebidas muy calientes).
    • Presión mecánica ligera (cepillado suave, masticación de alimentos blandos).
    • Estrés y fatiga, que pueden aumentar la excitabilidad de las neuronas.
  • Principales desencadenantes y tipos de neuralgia:
    • Neuralgia trigeminal clásica: Sin causa aparente más allá de la compresión vascular.
    • Neuralgia secundaria: Asociada a enfermedades sistémicas (esclerosis múltiple, tumores cerebrales) o secuelas de intervenciones faciales.
    • Paroxismos dolorosos: Brotes breves, intensos y recurrentes, separados por periodos de remisión.
 

Comprender estos mecanismos permite orientar el diagnóstico y elegir el tratamiento más adecuado, ya sea farmacológico, quirúrgico o mediante técnicas de neuromodulación.

Mujer paciente con neuralgia dental

Diagnóstico de la neuralgia dental

El diagnóstico se basa en la historia clínica y la exploración física:

  • Descripción del dolor: El paciente describe episodios breves, intensos, punzantes o “eléctricos” que duran segundos y se repiten en una misma zona.
  • Desencadenantes específicos: Identificar estímulos que provocan el dolor (cepillado, aire, masticación, hablar).
  • Exploración neurológica: Evaluar sensibilidad facial con estímulos térmicos y táctiles, descartando pérdida de función o déficit motor.
  • Pruebas de imagen:
    • Resonancia magnética (RM): Para detectar causas centrales (esclerosis múltiple, tumores) o compresión vascular del nervio trigémino.
    • Tomografía computarizada (TC): Útil tras cirugía traumática o para evaluar estructuras óseas.
  • Diagnóstico diferencial:
    • Dolor por caries, pulpitis o abscesos (más continuo y reactivo a pulsos térmicos).
    • Dolor miofascial o de articulación temporomandibular (más difuso y asociado a movimientos mandibulares).
    • Cefalea en racimos o migraña (ubicación y características distintas).
 

Un diagnóstico preciso y precoz permite iniciar el tratamiento farmacológico o intervenciones mínimamente invasivas antes de que el dolor se vuelva crónico y más difícil de controlar.

Resolución rápida y manejo inicial

Bloqueo anestésico local

En situaciones de crisis, el bloqueo nervioso con anestésico local ofrece un alivio casi instantáneo. Al infiltrar lidocaína o bupivacaína en el trayecto de la rama trigeminal afectada, se interrumpe temporalmente la conducción del impulso doloroso. 

Este procedimiento, breve y ambulatorio, permite confirmar el diagnóstico y reducir de forma drástica la intensidad de los arrebatos dolorosos durante varias horas, facilitando la instauración de un tratamiento más prolongado.

Anticonvulsivantes de primera línea

Paralelamente, los anticonvulsivantes son la piedra angular del tratamiento inicial. Medicamentos como la carbamazepina o la oxcarbazepina actúan estabilizando la membrana neuronal y disminuyendo la hiperexcitabilidad del nervio. 

Se empiezan con dosis bajas para valorar la tolerancia y se incrementan progresivamente hasta alcanzar el umbral terapéutico. Muchos pacientes notan una reducción significativa tanto en la frecuencia como en la intensidad de las descargas eléctricas al cabo de pocos días de tratamiento.

AINEs y analgésicos débiles

Aunque los AINEs y analgésicos convencionales no siempre son suficientes para el dolor neuropático puro, pueden ofrecer un apoyo en las primeras etapas o durante los ajustes de dosis de los anticonvulsivantes. Su uso debe ser puntual y bajo supervisión médica para evitar efectos secundarios gastrointestinales o renales.

Compresas frías o calor local suave

Como medidas no farmacológicas, las compresas frías aplicadas sobre la zona dolorida calman temporalmente la sensación punzante al reducir la inflamación y la velocidad de conducción nerviosa. En algunos casos, alternar frío y calor moderado (pañuelos tibios) ayuda a romper el ciclo de dolor.

Evitar desencadenantes

Finalmente, es fundamental identificar y evitar los desencadenantes que provocan los paroxismos. Cepillarse con un cepillo de cerdas suaves, mantener una masticación moderada y proteger la cara de corrientes de aire frío o cambios bruscos de temperatura reduce la aparición de nuevos episodios mientras el tratamiento empieza a hacer efecto.

Tratamientos de la neuralgia dental y abordajes terapéuticos

Farmacoterapia de mantenimiento

Anticonvulsivantes: Tras la fase inicial con carbamazepina u oxcarbazepina, se puede considerar cambiar a gabapentina o pregabalina si la tolerancia es mala o surgen efectos secundarios. Estos fármacos modulan los canales de calcio en las neuronas, reduciendo la liberación de neurotransmisores excitatorios y atenuando la hiperexcitabilidad trigeminal.

Antidepresivos tricíclicos: Amitriptilina o nortriptilina, en dosis bajas, pueden ayudar en casos resistentes, actuando sobre los sistemas serotoninérgico y noradrenérgico, lo que aumenta el umbral de dolor.

Intervenciones mínimamente invasivas

Bloqueos percutáneos con glicerol o fenol: Inyección guiada por fluoroscopia o ecografía en el ganglio de Gasser (trigeminal) para destruir selectivamente fibras dolorosas. Proporciona alivio prolongado (meses a años) pero con riesgo de sensación residual de adormecimiento.

Radiofrecuencia pulsada o termocoagulación: Aplicación de energía térmica controlada en la raíz del nervio para desactivar fibras Aδ y C, con el objetivo de aliviar el dolor sin provocar hipoestesias permanentes.

Cirugía descompresiva microvascular

Indicada en neuralgia trigeminal clásica con compresión vascular confirmada por resonancia. Consiste en desplazar la arteria pinzante del nervio e interponer un material interpositorio (tela de teflón) para evitar el contacto pulsátil. Ofrece tasas de alivio del 70–90 % a largo plazo, aunque con riesgo de complicaciones craneales.

Terapias complementarias y de soporte

Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS): Electrodos colocados en el territorio trigeminal ofrecen modulaciones de la puerta de entrada al dolor (teoría de “gate control”), reduciendo episodios paroxísticos.

Acupuntura: En algunos estudios aporta mejoría sintomática, posiblemente mediante la liberación de endorfinas y moduladores del dolor.

Biofeedback y técnicas de relajación: Estrategias para reducir la tensión muscular y el estrés, factores que pueden precipitar o agravar los brotes.

Rehabilitación y apoyo multidisciplinar

Fisioterapia facial: Masajes suaves y ejercicios de relajación de la musculatura masticatoria disminuyen la coactivación muscular y alivian la presión sobre el nervio.

Psicología: Manejo del dolor crónico, afrontamiento del estrés y estrategias de control de ansiedad, clave para reducir la frecuencia de los ataques en neuralgia crónica.

Un abordaje escalonado y personalizado, que combine estas opciones según la respuesta y tolerancia de cada paciente, maximiza las posibilidades de control del dolor y mejora la calidad de vida.

Tabla comparativa: Neuralgia dental vs. Neuralgia del trigémino

Característica Neuralgia dental Neuralgia del trigémino
Zona afectada Dientes y tejidos circundantes (ramas distales) Cualquiera de las tres ramas del nervio trigémino (V₁, V₂, V₃)
Tipo de dolor Punzante, breve, disparado por estímulos bucales (cepillado, aire, frío) Intenso, en “descargas eléctricas”, a lo largo de la cara (ojo, mejilla, mandíbula)
Origen Alteración periférica de las fibras trigeminales intrabucales Compresión vascular en la raíz del nervio, esclerosis múltiple u otras causas centrales
Diagnóstico Descartar caries/inflamación dental; bloqueos alveolares Evaluación neurológica, resonancia y pruebas de provocación trigeminal
Tratamiento inicial Anticonvulsivantes + bloqueos locales en rama alveolar Carbamazepina/farmacoterapia + bloqueo trigeminal percutáneo
Intervenciones avanzadas Bloqueos definitivos de rama alveolar Descompresión microvascular, rizotomía o radiofrecuencia
Pronóstico Buena respuesta a tratamiento odontológico y bloqueos locales Variable; puede requerir cirugía microvascular para alivio prolongado

Medidas preventivas y cuidados diarios

Para minimizar la recurrencia de episodios y mejorar tu calidad de vida, es fundamental incorporar las siguientes medidas preventivas y cuidados diarios:

  1. Control del estrés y hábitos de relajación
    • Practica diariamente ejercicios de respiración profunda, meditación o técnicas de relajación progresiva para reducir la tensión muscular facial y la sobreexcitación neuronal.
    • Dedica al menos 10–15 minutos al día a actividades que te inspiren calma (yoga suave, paseos cortos, lectura).
  2. Protección frente a disparadores físicos
    • Evita el contacto directo con corrientes de aire frío: usa bufanda o pañuelo ligero cuando vayas a la calle y mantén el ambiente interior templado.
    • Cepíllate los dientes con un cepillo de cerdas suaves y movimientos delicados. Emplea pastas dentífricas de sabor neutro para no irritar los nervios.
  3. Higiene bucal adecuada y rutina diaria
    • Cepilla tu boca al menos dos veces al día, prestando especial atención a las zonas de raíz dental donde la neuralgia suele manifestarse.
    • Completa tu higiene con hilo dental o cepillos interdentales suaves, y enjuagues sin alcohol que no resalten la sensibilidad nerviosa.
  4. Modulación de la dieta y la temperatura de los alimentos
    • Consume alimentos a temperatura ambiente: evita comidas y bebidas muy frías o muy calientes que puedan disparar las descargas.
    • Limita el consumo de cítricos muy ácidos, especias picantes y bebidas carbonatadas que puedan irritar las terminaciones nerviosas.
  5. Posición y cuidados al dormir
    • Duerme con la cabeza ligeramente elevada para reducir la posible presión vascular sobre el trigémino.
    • Utiliza almohadas ergonómicas que mantengan alineada la columna cervical, disminuyendo la tensión en los músculos faciales.
  6. Visitas periódicas al dentista y seguimiento médico
    • Programa revisiones cada 6–12 meses para detectar a tiempo cualquier alteración dental, articular o muscular que pueda agravar la neuralgia.
    • Informa siempre a tu dentista o neurólogo de cualquier cambio en la frecuencia, intensidad o características del dolor para ajustar el plan terapéutico.
  7. Apoyo farmacológico de mantenimiento
    • Sigue con la medicación profiláctica pauta por tu médico (anticonvulsivantes, antidepresivos) y no suspendas el tratamiento sin consulta.
    • Lleva un pequeño registro diario del dolor y los posibles desencadenantes (comidas, actividades, estrés) para compartirlo en tus consultas de seguimiento.

Implementar estas prácticas de forma constante no solo ayuda a prevenir nuevos brotes, sino que también mejora el bienestar general y facilita la efectividad de los tratamientos médicos.

Mujer paciente con neuralgia dental ya curada

Cuándo acudir al profesional

Dolor persistente a pesar del tratamiento inicial: Si los episodios de dolor no ceden tras aplicar el protocolo de bloqueo anestésico y el inicio de medicación, es necesario reevaluar el diagnóstico y el plan terapéutico.

Aumento de la frecuencia o intensidad de los brotes: Un incremento en la periodicidad de los arrebatos o que estos sean cada vez más intensos indica que la terapia farmacológica o las medidas preventivas requieren ajuste.

Efectos secundarios intolerables: Si la medicación produce náuseas, somnolencia excesiva, mareos u otros efectos adversos que afectan tu calidad de vida, consulta para valorar alternativas o cambios de fármaco.

Signos de complicaciones neurológicas: Aparición de hormigueo, pérdida de sensibilidad en la cara, visión doble o debilidad muscular en la región facial son señales de alarma que requieren atención urgente.

Dudas sobre el uso de dispositivos o técnicas: Si tienes dificultades para el manejo de compresas, TENS o cualquier dispositivo recomendado, o experimentas incomodidad con el bloqueo nervioso, pide apoyo para corregir la técnica.

Necesidad de intervenciones avanzadas: Cuando sea preciso considerar bloqueos percutáneos definitivos, radiofrecuencia o cirugía microvascular, el dentista o neurólogo remitirá al centro especializado para planificar el procedimiento.

Impacto en tu vida diaria: Si el dolor interfiere con tu descanso, alimentación, comunicación o estado anímico de forma significativa, un seguimiento multidisciplinar (neurología, odontología, psicología) es clave para recuperar tu bienestar.

En cualquiera de estos casos, no demores la visita: un manejo temprano y ajustado previene complicaciones, reduce el riesgo de dolor crónico y mejora tu calidad de vida.

Resumen final

La neuralgia dental es un trastorno intenso y discapacitante, pero en la mayoría de los casos puede controlarse con un enfoque escalonado que combine medicamentos, bloqueos nerviosos y, si es necesario, técnicas mínimamente invasivas o cirugía microvascular.

El manejo exitoso requiere un diagnóstico preciso, un tratamiento inicial agresivo para detener las descargas dolorosas y luego una terapia de mantenimiento adaptada a cada paciente, incluyendo anticonvulsivantes o antidepresivos y medidas de protección frente a disparadores físicos y emocionales.

Complementar la farmacoterapia con fisioterapia facial, técnicas de relajación y apoyo psicológico mejora los resultados a largo plazo. Las visitas periódicas al dentista y al neurólogo, así como el seguimiento de hábitos de higiene bucal y control del estrés, son fundamentales para reducir la recurrencia y preservar la calidad de vida.

FAQ sobre la neuralgia dental

¿Cuánto dura el tratamiento farmacológico?

La fase aguda de la neuralgia se trata durante varias semanas o meses hasta controlar el dolor. Después, muchos pacientes mantienen dosis más bajas de anticonvulsivantes o antidepresivos como terapia de mantenimiento a largo plazo, siempre bajo supervisión médica.

¿Puede la neuralgia dental afectar a los niños?

Es poco frecuente en la infancia, pero puede darse en adolescentes con antecedentes de traumatismos o maloclusiones. En estos casos, el enfoque terapéutico se adapta a su edad y peso, priorizando técnicas no invasivas y dosis ajustadas.

¿Cuánto tiempo tarda en notarse mejoría?

Con el tratamiento adecuado, muchos pacientes experimentan alivio de los brotes en pocos días. La eliminación casi total del dolor puede requerir de 2 a 4 semanas de ajuste de la medicación y medidas complementarias.

¿Qué hacer si los brotes se repiten a pesar del tratamiento?

Si los arrebatos persisten o vuelven con rapidez, debes consultar de nuevo. Podría ser necesario optimizar la dosificación, cambiar de fármaco, valorar un bloqueo nervioso definitivo o plantear una intervención microvascular.

¿Existen remedios caseros útiles?

Técnicas como aplicar calor local suave, mascar goma sin azúcar para estimular saliva o realizar ejercicios de relajación muscular pueden complementar el tratamiento, pero nunca sustituyen la terapia médica y los bloqueos nerviosos guiados.